miércoles, 8 de abril de 2009

Cuando los jazmines no perfuman

“Trátame bien”, el unitario de Cecilia Roth y Julio Chávez.
"Veo tus pupilas descubriendo algún Chagall en el invierno, creo del 83. Yo estoy a tu lado revolviendo, ordenando libros viejos que leí pero olvidé. Besos de tu madre en el teléfono y la lluvia es un espejo que me ayuda a verte bien. Oigo tu sonrisa que ilumina el estudio y la cocina entre las copas y el café. Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad. A toda velocidad.” La Despedida de Fito Páez en Abre, 1999.

Pero qué pasa cuando no podés correr y, en cambio, corre el alma por esa intima infinidad de deseos mientras tu cuerpo inerte yace al lado de ella, que duerme de espaldas como si nada pasara. En esa guerra helada, tácita, se pueden pasar los días, los meses y los años de los más ejemplares matrimonios de nuestra sociedad. Y si bien, no es posible negar -salvo en posesión de ese aferrado sentimiento católico que también es distintivo de esa sociedad- que en estos tiempos, para sobrevivir a la vida de casado, es imprescindible la aceptación y el disfrute de una vida de mutuo engaño, hay algo en la tiranía de los sentidos que nos lleva a de pronto cantarle todo a vida a voz, perder quizás el respeto, el buen gusto pero, por sobre todo, el odio.

Así, de repente, rompe el zumbido eterno de quejas de Sofía un grito desde lo más animal del hombre y golpea fortísimo en el pecho del espectador diciendo “¡Que me trates bien!” y pidiendo misericordia “tratame bien.” Es José, interpretado por Julio Chávez, el mayor actor de los últimos tiempos, paradigma de una nueva sensibilidad, gritando, la más de las veces, sin siquiera abrir la boca, desde un decorado casi americano.

La situación con Sofía, el personaje de Cecilia Roth, es la típica. 22 años de casados, la cadena de jugueterías fundada por el padre de José va rumbo a la quiebra, a Sofía le va bien pero, obviamente, no está conforme; sus respectivos terapeutas, María Onetto y, otro de los grandes paradigmas de la actuación moderna, Norman Briski coinciden en darles la recomendación obvia en Buenos Aires desde los ’90: Terapia de pareja, en este caso, con la doctora elaborada por Cristina Banegas. El resultado: La casa del teatro en su mayor expresión.

Todo listo. Luces, decorados, vestuario, contexto, condiciones dadas para una sinfonía desencontrada de sentimientos que tendrá en cada capítulo el mismo planeo, simple y contundente, de seguir o no. Escrita por el matrimonio autor de Locas de Amor, Pablo Lago y Susana Cardozo, dirigida por Daniel Barone, con la participación de Martín Slipak, María Alche, Noemí Frenkel, María Carambula y Juan Minujin, estrena por Canal 13 el próximo 15 de abril.


Luciano Martín Sosa

Postdada, 22 años es más que el tiempo que llevo en esta vida y menos de lo que soñamos vivir con la mujer que amamos. En ese número monstruoso, sólo por ser número, se esconde una larga tira de imágenes que deben de recorrer las cabezas de los dos cada vez que cierran la puerta y que, casi de forma inevitable, con la fuerza que toda la melancolía los hace volver. Lo clásico y lo moderno.

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